Cuando uno es niño, todo lo ve uno de un color distinto, siente, desea, sueña distinto, todo es diferente, hasta que uno pasa la barrera fronteriza (algunos no quieren pasarla) y se les pierde ese niño. El famoso niño interno, el que lo hace seguir a uno viendo las cosas distintas, el que aunque sea bien difícil algo, uno cree que lo podrá lograr obtener, cambiar, hacer. Después de un tiempo, uno se acostumbra a escuchar comentarios sobre los sueños tontos.
Nada es tonto (o eso creo) Yo tuve la suerte que desde niño me dijeran eso ¿por qué? pues en mi casa preguntaba mi agüe: ¿que quieren ser de grandes? mi hermano seguro de si, decía: presidente agüelita. Mi hermana deseaba ser abogada (ahora estudia economía) mi primo quería ser chef, otras sabían bien que arquiternura era su profesión, a mí me preguntaban y yo con una sonrisa respondía: un coche de calelas, solo se reía la agüela, desde ese momento, mi tía me dice coché en lugar de José. Lo raro es que a mí ni me gustan los coches, pero pus quería ser uno. Así que en ese momento y sin saberlo, la vida me había puteado. Y hay fue, en ese momento que me pelee con el mundo, que me robaron mis sueños de poder romper estereotipos y ser el primer humano en convertirse en cochechito. Será por eso que siempre me meto a cosas que no tienen que ver nada con la carrera, que sueño tanto, que siempre estoy en la luna. La vida me debe sueños por cumplir así que mientras no le cumpla a mi niño interno, yo exigiré mi derecho de soñar, reír y cantar y ver, que sin querer ya llegué a mis primeros 100 posts.
Yo no quiero entregarme sin dar dura batalla
Yo lo que quiero es aventurar ir donde vayan
Aquellos que siempre han sabido bregar y no descansan
Aquellos que hoy día escasean y dan luz de esperanza
Yo no pretendo dejarme arrastrar por al corriente
Yo lo que quiero es ser digno y llevar alta mi frente
Fijarme un camino distinto, buscar mis alamedas
Dejar testimonio por los que no están y los que quedan
Y en tanto me anime un soplo de aire
Y en tanto me quede amor que entregar
Y en tanto me habite una gota de sangre
Yo defenderé mi derecho a soñar
Yo me resisto a tener que cantar lo conveniente
Yo no pretendo sumarme al festín y al despilfarro
Yo no ando en busca ni quiero servir a un Dios de barro
Yo no renuncio y me quedo a intentar mejores tiempos
Aunque me arriesgue a perder mi lugar entre los cuerdos
Francisco Villa.
Yo no quiero entregarme sin dar dura batalla
Yo lo que quiero es aventurar ir donde vayan
Aquellos que siempre han sabido bregar y no descansan
Aquellos que hoy día escasean y dan luz de esperanza
Yo no pretendo dejarme arrastrar por al corriente
Yo lo que quiero es ser digno y llevar alta mi frente
Fijarme un camino distinto, buscar mis alamedas
Dejar testimonio por los que no están y los que quedan
Y en tanto me anime un soplo de aire
Y en tanto me quede amor que entregar
Y en tanto me habite una gota de sangre
Yo defenderé mi derecho a soñar
Yo me resisto a tener que cantar lo conveniente
Yo no pretendo sumarme al festín y al despilfarro
Yo no ando en busca ni quiero servir a un Dios de barro
Yo no renuncio y me quedo a intentar mejores tiempos
Aunque me arriesgue a perder mi lugar entre los cuerdos
Francisco Villa.