mercredi 24 novembre 2010

se rematan poetas

Ayer me acordé de una chica que me comentaba que dejara de hacerme menso y que fuera un poco realista ya, que no existen los trabajo donde pidan cosas de poetas, que lo mas razonable es que pidan cosas como parte de un equipo de trabajo, me negaba desde hace tiempo a aceptarlo, podrá ser posiblemente esa la razón por la que dejé de trabajar, por eso la fuerte necesidad de irme de maestría. Ayer fui a reforma a caminar y a subirme a un edificio abandonao el 7 piso para ser exactos, tenía ganas de ver la ciudad desde el punto de vista del desempleado, no vi nada que no viera con otros ojos, sigue igual de jodida, como todos sus habitantes y hermosa como todos sus amaneceres. Después fui a polanco a dejar unos papeles para regresar a reforma y caminar a la roma por metro insurgentes para tomar un café, el cual no encontré como yo lo quería así que decidí irme caminando hasta Miguel Angel de Quevedo para ver el nuevo jarocho que no encontré tampoco, tomé la decisión de quedarme reposando las patruyas en una banquetita un poco jodida como mis pies. Hace años no caminaba tanto, reguresé por insurgentes hasta poliforum a ver si encontraba alguien con quien hablar, fui a buscar a un viejo amigo de unos cursos, el cual tampoco encontré. Para ese punto me metí a un star sucks para ir al baño y terminé de nuevo, en una banquetita maltrecha descansando, el total del recorrido fueron, yo calculo, como 5 horas. Creo que tomar descansos en banquetitas sin cigarros no está chido, estoy considerando retomar el gusto por el cigarro, aunque ya no se me antoja, aunque se que no me hace nada bien y pare que después de varias semanas rompí su adicción (casi del todo por que reconsidero fumar) Ahora mato el tiempo sin el gusto por el sabor al tabaco, solo pensando en volverme de alguna secta religiosa o célibe de un grupo secreto, pero me desvié. Al fin me subí al metrobus para ir a casa, en el camino me llamaron de varios lados pronosticando cosas buenas, me llegaron correos que pronostican malas noticias y en la noche me quedé pensando sobre los acontecimientos de un martes cualquiera, nunca se sabe cuando uno tiene que aplicar las leyes de los optimistas o de los guerreros cartagineses, aztecas o que se yo. Creo que tiene razón, en el periódico no dicen se solicitan poetas de mala estampa y poca rima.