jeudi 3 février 2011

Me llamo Antonio

Cuando empecé a escribir, fue por la finalidad de poder plasmar de cierta manera lo que sentía. Al inicio lo hacía de la manera más desenfadada posible, no tenía la menor intención de ser entendido o entrar a un concurso, podía llegar a poner una sola coma en todo un texto, escribir vicicleta o bicicleta representaba para mi la mejor muestra de que las limitantes de la ortografía no importaban a la hora de expresarse, iluso de mi. Con el tiempo fui modificando mi redacción y la ortografía. Primero inicié escribiendo poemas en hojas de papel para hacer luego avioncitos y aventarlos desde lo más alto del edificio donde estaba, esperando que alguien encontrara alguno y lo guardase para sí, como un secreto, o un regalo; después fui en un cuaderno registrando todo, haciendo poemas con las reglas que mencionan en los institutos, o influenciado por el escritor en turno, Quevedo, Gongora, Rodrigo Solís, Benedetti o Calderón de la Barca, por mencionar algunos y hacer que las palabras rimaran con las cosas que pensaba, jugar con las esdrújulas y las rimas consonantes. Hacer cartas de amor por encargo o poemas solamente por tratar de  coquetear o impresionar a alguna chica, la cual casi nunca se sentía aludida o sorprendida por describir su cabello o el contoneo de sus caderas, llegó a pasarme que tanto rollo las aburría.

En Francia inicié este blog para guardar los recuerdos y poder leerlo cuando pasara tiempo y mis fotografías mentales fueran borrosas, así como para que mis colegas lo leyeran. Regresé a México y seguí escribiendo para que mis colegas de Europa lo visitaran de cuando en cuando y supieran las últimas de mi vida. Llegó un momento en el que se hizo más difícil escribir en el, en parte por no saber como expresar lo que sentía, también por no saber que poner o para que ponerlo. Empecé a escribir con más espacio temporal entre post y post hasta llegar al momento de escribir con espacios de meses o con un contenido burdo solo para justificar el publicar algo. Me sentí ajeno a todo esto y me cansé de escribir extrañado de decir algo si ni siquiera cuando hablo con personas allegadas pueden entender por lo que paso.

Hoy volví a sentir la imperiosa necesidad de escribir, sin importar de nuevo si alguien me entenderá o leerá esto, si alguien se vea ciertamente reflejado y sintamos quizá, que estamos menos solos en este mundo. Quizá es más sencilla la razón, la prosa es mucho más divertida y los versos en prosa, nos muestran las mejores maneras de suponer las cosas. 

Por si alguien se anima, por si esto lo encuentran, recursos infalibles de todo ser humano. Tengo dos ojos, barba mal afeitada, casi no sueño, no me llevo bien con mofeo, tengo dos perros, camino a diario y a veces me quedo junto a las carreteras a ver como pasan los camiones mientras termina la tarde. Llevo un tiempo ya viajando por el centro norte de México, descubro paisajes que nunca son televisados en las fronteras de Hidalgo, Querétaro y lugares perdidos de otros estados, estoy buscando respuestas en estos lugares, a preguntas tan personales como comunes. 

A todo esto,  me llamo Antonio.

2 commentaires:

Eb@nit0 a dit…

todo lo que buscas está ahí dentro, sólo que nos pusieron los ojos al revés

Manolo a dit…

Quisiera recordar eso que me hacía escribir en mi blog las estupideces que acostumbraba poner, por lo menos una, decía, al día.

Muy buena.
Abrazo.